Cuando un amigo se va, otro llega – The Friend de Sigrid Nunez

Cuando un amigo se va, otro llega – The Friend de Sigrid Nunez

Empezar una historia justo cuando otra ha terminado. El duelo de la pérdida del que era su mejor amigo, un amor incondicional que se da cuando dos mentes se conectan, es sin duda la antesala de una pieza de literatura que invita al lector a tener un conversación con la mente de una persona y un animal en proceso de sanación.

La historia sitúa al lector en la víspera de la muerte del dueño de Apollo, un Gran Danés con porte y altivez, que se encuentra a la deriva una vez que el suicidio ha sido la última decisión de su dueño anterior. Así, la escritora y protagonista de la obra entabla al mismo tiempo un constante diálogo con el lector donde el recorrido del proceso de superación y la reformulación de su vida de escritora independiente en Nueva York con la llegada de un nuevo amigo, que no quería pero en el fondo ambos se necesitaban, da mucho para reflexionar.

Parte de la magia de la obra está en lo impersonal que resultan los actores, salvo Apollo, ya que ninguno lleva un nombre propio sino una etiqueta de identificación; para ello, la muestra de Esposa Uno, Esposa Dos, Esposa 3. Los conoces a través del ojo de quién los percibe, de quién los relata, y de quien absorbió la esencia, buena o mala, de cada uno de ellos; entendemos que ser alguien no es sólo por designación propia, sino por la idea que otros se construyen de uno mismo.

Dentro de su proceso, relata las peripecias que tiene ser un escritor contemporáneo y las frustraciones que la vida actual conllevan a pensar que la escritura como arte está perdida. En un momento donde la autora conversa consigo misma, relata la frustración con la que su amigo muerto no pudo lidiar, la relación entre autor-lector. Ella, con singular simplicidad, explica como en los años clásicos y modernos se aprendía a escribir con un lector ideal en mente, aquella cabeza paralela a la tuya, que con la misma capacidad intelectual, visión del mundo, entendimiento de la ficción, y la realidad también; este lector ideal sería un consumidor digno de tu obra. Sin embargo, la llegada de internet amplió el espectro de la critica, especializada o no, y la hizo visible ante los ojos del autor, generando frustración, rechazo, o en el peor de los casos, odio a sí mismo por provocar tan poca sofisticación intelectual.

Ella cierra el pensamiento con la frase “Confía en el cuento, no en quien lo cuenta”. Perfecta definición de lo que hoy deberíamos ser como lectores: la vulnerabilidad de abrir tus espectros intelectuales para dejar que la obra se desenvuelva y te envuelva en el mundo que trata de recrear.

Todos hemos juzgado, criticado, mencionado que las obras nos quedan a deber, siendo cínicos y críticos pasivos, cuando en realidad la pregunta es qué tanto nuestras mentes como lectores ceden y se abren ante nuevas posibilidades y se dejan envolver por otras realidades. Esta obra, y quien la reseña, los invita a leer diferente a los humanos, a los animales, a la literatura, al arte de crear con ella.

Nunez centra la historia en un Gran Danés que con toda la frialdad y crudeza de la realidad de su raza, se convierte en la metáfora de cómo la vida cotidiana y las relaciones que entablamos en ella son egoístas, dolorosas, imperfectas, pero nunca solitarias. Necesitamos siempre de otro, sea humano o perro, para soltar, dialogar, curar nuestra rota realidad.

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