Y yo me preguntaba cómo sonríe un perro. Y cómo hacía para entender lo que yo le decía. Pero lo lograba. Sabía cuándo hablaban de ella.
Una de las cosas mágicas que se viven en México Lector, es que los libros te encuentran. No importa si son de un lugar que nunca has visitado o de un autor del que nunca has leído, llegan a ti como casualidades lectoras. Esta reseña es la historia de lo que me sucedió con “La perra que conoció el mar”, un breve viaje a Yucatán en un poco más de 100 páginas.
Era un jueves por la noche cuando me invitaron a un Twitter Spaces para platicar de libros, donde tuve la oportunidad de conocer a Gabriel Briceño (@diamantina), quien nos platicaba que estaba a punto de lanzar su más reciente libro “Encrucijada” un libro que reúne la pluma de 21 escritoras y escritores de Yucatán en más de 40 textos de narrativa, poesía y ensayo que pueden conseguir directamente en físico con el autor.
Como no podía esperar a la versión en físico, el primer libro que elegí y que pueden encontrar disponible en Amazon, ya sea en físico o digital, fue “La perra que conoció el mar”. Y así comienza la aventura a través de esta antología de la mano de 6 autores Yucatecos.
Si son lectores que disfrutan de leer de buenos cuentos, este libro será una grata sorpresa para ustedes. En el se unen el talento de Zindy Abreu Barón, con una historia que nos permite vivir de cerca esa devoción que se le puede tener al Santo Patrono de las causas difíciles, San Judas Tadeo, hasta las últimas consecuencias de la fe. La historia de un Mimo y su novia que puede acabar muy mal y la historia que más me sorprendió, Mucuy, una niña que vive en el monte en una comunidad maya tradicional, donde tiene poca esperanza de cambiar su situación. Patricia Garma Montes de Oca nos lleva a Puerto Progreso en los ochentas, con una historia de rivalidad adolescente. Maria Elena González Ortega, nos comparte la opacidad en la relación de una madre y su hija, confrontando su realidad y sacar su lado más oscuro. Martha Rosario nos lleva en un viaje al antiguo Egipto. Iván Noé Espadas Sosa nos trae historias de pérdidas de objetos que se convierten en motivo de ansiedad, que llevan a pedir ayuda a un brujo cósmico que abre la puerta a otras dimensiones, burlando las leyes de la física que conocemos. En jaguar nos cuenta la historia de el explorador Edward Thompson durante sus excavaciones en Chichen Itza. Gabriel Briseño, por quien conocí esta antología, rinde un homenaje a Edgar Allan Poe en El Dolor Delator, donde un hijo devora el corazón de su padre. La Perra que conoció el mar, una historia de conexiones humanas que a muchos nos llegará a lo más profundo de nuestros recuerdos y añoranzas que nos trae tener una mascota. La relación creativa entre una actriz y su escritor, cerrando con De insecto a plaga y viceversa, como un homenaje a ese mundo que nos recuerda a Kafka.
La Perra que conoció el mar, fue la obra ganadora de la convocatoria Fondo Ediciones y Coediciones Literarias 2019 del Ayuntamiento de Mérida a través de la Dirección de Cultura.
¿Por qué es importante leer lo que se esta creando en Yucatán? Porque hay gran talento de escritores mexicanos, que a través de sus propios medios están uniendo sus voces para darse a conocer a todos esos lugares donde no han llegado sus libros y nosotros como lectores jugamos un papel muy importante para que puedan lograrlo.
Desde conseguir sus textos, compartirlos y recomendarlos a lectores nuevos. Es aquí donde podemos sumar esfuerzos y darle vida a estas historias por todo México. Si en este momento ya te sientes motivado a apoyar, puedes comenzar con Minificciones en invierno, una antología digital donde participa Gabriel Briceño que puedes leer gratis directamente aquí.
Me gustaría saber que opinas comentando directo a @mexicolector en Twitter lo que te pareció. Si conoces otros autores en otros estados que recomiendes conocer, también puedes escribirnos y haremos lo posible por llegar a ellos para descubrir su trabajo.
